Mauricio Cortes
La Figura Humana siempre ha estado presente en nuestra historia, como referencia inmediata o como idea de humanidad. De hecho nuestro cuerpo, podría decirse, es la medida de todas las cosas. Pensamos, diseñamos y construimos en función de las necesidades del cuerpo. Creamos herramientas que son una extensión de nosotros: autos, sillas, palancas, lámparas e infinidad de objetos. Pero cuando se trata de apreciar el cuerpo, las herramientas son innecesarias, bastan nuestros sentidos para contemplar e imaginar miles de ideas como provocar deseos, recordar emociones. Nuestros valores de belleza física son una medida, un estándar para apreciar y asegurarnos que tenemos un gusto específico sobre el cuerpo. En cuanto al arte, hay tantas maneras de representarla como artistas en el medio, podríamos decir que hasta donde no la vemos existen referencias a ella.
Me inicie como escultor tomando la cerámica como técnica de construcción, las posibilidades de crear en tres dimensiones se multiplicaron y comencé una carrera por mejorar la forma y la técnica en mi obra. Desde el principio he trabajado la figura humana contemplándola y analizándola, dándole rienda suelta a mi curiosidad. He cosechado reconocimientos y premios a lo largo de mi carrera, así como un buen numero de exposiciones individuales y colectivas. Como escultor veo al cuerpo como un objeto, no como un ser con alma, ¿pero por qué? La respuesta es sencilla: carezco del don de otorgar vida a los objetos, lo cual me lleva a buscar expresiones que recuerden las emociones que el alma genera en el cuerpo.
Reforma 391
San Pedro Garza García
Nuevo León. México
CP 66230